
En el tránsito del año 2007 al 2008, mi padre estuvo ingresado en el hospital, con insuficiencia respiratoria. Allí le robé varias fotos, y me gusta esta de sus manos, apoyadas en el bastón. Sus manos. Y pienso en lo que ha pasado por su manos. Los billetes que vendía en la estación de ferrocarril, mientras sus bronquios luchaban con la corriente de aire que entraba por la ventanilla. Los ladrillos, cuando construía su casa, dejando las yemas de sus dedos casi sin dibujo. Firmes sus manos sujetando el manillar de la bicicleta en que me paseaba cuando yo era un crío, sentado en un soporte sujeto en la barra. Sus manos saludando, estrechando otras manos de tantas personas que le aprecian. Toda una vida en sus manos. Venero esas manos.