Si hay una cosa que me gusta de la fotografía, sobre todas las demás, es su capacidad de transgresión, de alterar el orden establecido.
Aprehende un instante y lo deposita en la eternidad. Por muy fugaz que sea, queda ahí, para siempre...
¿Y hay algo más leve, más sutil y fugaz que el comienzo de la brisa marina?.
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