Cuando los fotógrafos dormimos, entre la neblina del sueño soñamos con preciosas imágenes, casi perfectas, con reflejos casi totalmente nítidos en aguas casi totalmente en calma, y apretamos el disparador, en sueños.
Luego, en la realidad cotidiana, alguna vez tropezamos con alguna imagen en particular, y nos atrevemos a soñarla. Y a veces, encontramos la misma satisfacción que cuando en sueños, apretábamos el disparador.
Luego, en la realidad cotidiana, alguna vez tropezamos con alguna imagen en particular, y nos atrevemos a soñarla. Y a veces, encontramos la misma satisfacción que cuando en sueños, apretábamos el disparador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario